*Gema Torres Luque, *Miguel García-Martos, **Carmen Villaverde Gutiérrez, ***Nuria Garatachea Vallejo
*Universidad de Jaén, **Universidad de Granada, ***Universidad de León
Los beneficios de la actividad física de intensidad baja a moderada constituyen la base del estilo de vida físicamente activo, que debe incorporar su realización durante un mínimo de 30 minutos diarios, ya sean de ocio y tiempo libre, laborales, tareas del hogar… planificadas o no, y que formen parte de la vida cotidiana, sustituyendo horas de TV, ordenadores y juegos sedentarios, por otras de mayor gasto energético. Entre los beneficios aportados, está la disminución de la mortalidad por todas las causas, con independencia de sus efectos sobre el peso. Por lo tanto, el fomento de la actividad física debe ser utilizado en la prevención de la obesidad a cualquier edad. La actividad física retrasa o previene la ganancia de peso que normalmente se produce con los años (ACSM, 2009). El índice de masa corporal (IMC) es un buen indicador de elección para la valoración inicial de adiposidad corporal, individual y colectiva por su buena correlación con la grasa corporal total. Respecto al IMC, se muestra la clasificación de la obesidad según la SEEDO (2000)
1. Duración del Ejercicio
La duración hace referencia al tiempo durante el cual se está realizando la actividad prescrita. Las recomendaciones actuales orientan hacia la necesidad de participar durante 30 minutos al menos en una actividad física de intensidad moderada, todos los días de la semana (Pate et al., 1995; Jakicic et al., 2003; Jakicic y Otto, 2005). Esta recomendación ha sido interpretada como un mínimo de 150 minutos de actividad física a la semana, es decir 30 minutos de práctica física durante 5 días (ACSM, 2009) y está basada en los efectos del ejercicio sobre las patologías cardiovasculares y otro tipo de enfermedades asociadas a la obesidad, como la diabetes
2. Intensidad del ejercicio
La intensidad es el aspecto cuantitativo de la carga, quedando definida como el grado del esfuerzo al que se realiza la actividad. La intensidad del ejercicio para el trabajo con personas obesas puede calcularse por el consumo máximo de oxígeno (VO2 max) o por la estimación de la frecuencia cardiaca máxima.
3. Tipo de ejercicio
Algunos estudios han informado de la eficacia de programas de actividad física intermitente como una alternativa a la pérdida de peso. Basándose en que hay que acumular entre 30 – 40 minutos diarios de actividad, algunos autores se cuestionan realizarlo en pequeños bloques de 10 a 15 minutos (Donnelly et al., 2000; Otto, 2005). Este tipo de reflexión llevó al Centers for Disease Control and Prevention y a el American College of Sports Medicine (2001) a proponer un mínimo de 30 minutos de ejercicio diario, no marcando la necesidad de que sea continuo.
Por otro lado, el entrenamiento de fuerza puede ser una buena alternativa en la creación de programas orientados a esta población. El trabajo de fuerza aumenta la masa libre de grasa, fuerza muscular y potencia, y por ello podría ser una alternativa efectiva en la creación de programas de entrenamiento con el objetivo de perder peso (Harber et al., 2004; Hunter et al., 2008; Frimel et al., 2008). Incluso en términos absolutos la pérdida de peso se ve beneficiada combinando el trabajo de fuerza con la restricción en la ingesta calórica (Hunter et al., 2008). Estos resultados han sido constatados desde ingesta calórica por debajo de las 800 kcal·d- 1 hasta ingestas más altas en torno a las 1300 kcal·d-1.
Numerosos autores plantean que existen mayores beneficios con un entrenamiento mixto (combinación de trabajo de fuerza y resistencia), marcando mejoras en cuanto a los niveles cardiorrespiratorios, en fuerza muscular y en la composición corporal (Park et al., 2003; Häkkinen et al., 2002; Knuttgen, 2007). Park et al., (2003) al combinar un entrenamiento de resistencia aeróbica (60-70% FC máxima), y otro mixto (resistencia y fuerza).
4. Aplicaciones prácticas en la creación de programas de actividad física para población obesa
Aunque las características de un programa para el tratamiento de la obesidad deben ser individualizadas, se pueden extraer algunas conclusiones derivadas de esta revisión, que puedan contribuir diseñar un programa bien orientado y eficaz.
5. Conclusiones
La actividad física es sin lugar a duda, un mecanismo eficaz y eficiente para la pérdida de peso; siendo uno de los principales mecanismos para el mantenimiento de esta pérdida. Sus efectos pueden verse incrementados si se combina con el control de la ingesta calórica. Los programas de actividad física deben tener una duración mínima de 12 semanas, donde se realice a una frecuencia de entre 3 y 7 días según el nivel del sujeto, y durante un tiempo de 30 min. en adelante. El tipo de ejercicio suele tender a ser aeróbico, pero puede introducirse entrenamiento con sobrecargas resultando igualmente eficaz.
Cabe citar a Lemery (1714), a Alexandre (1716) y a Lange y Murray, que la recomendaron como remedio para la ictericia e hidropesía
Cabe citar a Lemery (1714), a Según el Boletín Latinoamericano y del Caribe de Plantas Medicinales y Aromáticas (2012) La guanábana (Annona muricata L.)